domingo, 7 de junio de 2009

Que grande é nosso companheiro Lula!



Las negociaciones presidenciales con otros países se han convertido en un
verdadero desastre para la soberanía y la estabilidad económica (presente y
futura) de Venezuela. Pruebas al canto. El comunicado conjunto del encuentro
Lula-Chávez el 26 de mayo, en Salvador de Bahía, constituye una demostración
de lo que aquí se afirma. Brasil es el que invierte, Brasil es el que presta
para que Venezuela le cancele puntualmente las obras que realiza en nuestro
país.
Brasil es el que logra que el sistema nipo-brasileño de televisión
digital sea adoptado por Venezuela, lo cual según los técnicos constituirá
un gigantesco negocio.

La reunión se llevó a cabo "no marco do Mecanismo de los Encontros
Presidenciais Trimestrais iniciado em 2007".

Reconozcamos que apenas conocemos la versión portuguesa, dada por Itamaraty,
porque Venezuela (con indudable razón) considera que esto debe permanecer
como secreto de Estado. Imaginémonos lo que son los documentos secretos,
esos sí, con los presidentes de Irán, Bielorrusia, Rusia, China y Cuba. A
qué grado deben haberse enajenado los intereses nacionales, y en qué
dimensiones comprometido los recursos de la nación, lo dirá fatalmente el
futuro, cuando por aquí vengan los recaudadores.

En el encuentro se revisaron todos los asuntos de la agenda bilateral "nas
mais variadas áreas", examinaron su implementación y su avance. Saludaron
"los resultados positivos, concretos y visibles en el corto plazo en materia
de desarrollo industrial endógeno, integración de cadenas productivas,
producción de alimentos, intercambio comercial, cooperación energética y
diversas iniciativas en el área social".

Al agradecer las generosidades del gobernador de Bahía, resaltaron las
iniciativas promovidas por ese estado brasileño con el Gobierno venezolano y
con el gobierno del estado Aragua, "que resultaram na assinatura de
Memorando de Entendimento entre o Estado da Bahia e o Estado Aragua para o
desenvolvimento de ações de integração econômica, comercial, turística,
cultural, educativa e de saúde". ¿Competencia con Cuba? Como vemos, no es
sólo con la República sino también con sus partes que avanzan las
negociaciones de Brasil en Venezuela.

En el comunicado se reconoce "el avance en materia de liberación comercial,
según las normas de Mercosur". Se hace constar que se creó un grupo de
trabajo ad hoc para tratar asuntos del organismo como la nomenclatura común
y la tarifa externa común. "Los jefes de Estado se congratularon por la
conclusión de las negociaciones sobre el Programa de Liberación Comercial en
el contexto de la adhesión de Venezuela a Mercosur, celebradas en Brasilia
los días 19 y 20, y en Salvador, el 25 de mayo".

El país aún no ha sido aceptado, pero ya Brasil aplica el tratado porque "la
liberación comercial" le abre las puertas de Venezuela de par en par. Cuando
los presidentes abordaron el viejo asunto de la refinería Abreu e Lima
fueron elusivos, pero los cables noticiosos desnudaron el juego. Brasil
aspira a tanto que Venezuela no está en condiciones de complacer.

El comunicado de Salvador es tan vasto que merece un estudio de parte de los
entendidos. Brasil se compromete en un programa para el desarrollo
industrial del Plan de 200 Fábricas Socialistas. No se sabe si también
financiará este proyecto. Seguramente lo hará, si Venezuela hipoteca los
recursos del subsuelo, aunque la Constitución lo prohíba.

Según el texto, la cooperación científica y tecnológica marcha a velas
desplegadas.

¿Qué piensan los científicos del patio? La producción agrícola es un suceso,
dada la cooperación de Brasil y compañías como Embrapa que tiene un proyecto
de producción de soya en Anzoátegui. En una palabra, Brasil se esmera "de
maneira a trabalhar para a construção da segurança alimentar na região".
Junto con el INIA brasileño, se llevan a cabo programas para la producción
de "agricultura familiar, cítricos, mandioca, y café". (Nos van a enseñar a
sembrar naranjas y limones, yuca y café).

Expresaron "su alegría" por el memorándum de entendimiento suscrito entre la
"Constructora Norberto Odebrecht e Pdvsa para a constituição de uma aliança
estratégica destinada à criação de empresas prestadoras de serviços de
engenharia e construção". También los brasileños construirán la represa Las
Cuevas en el complejo hidroeléctrico Uribante-Caparo. Brasil cobra y se da
el vuelto.

Con el optimismo del doctor Pangloss, el comunicado concluye de esta
graciosa manera: "Saudaram a resistência das economías em desenvolvimento
aos efeitos negativos da crise financeira". Todo será nacionalizado en
Venezuela, menos las compañías de Brasil.

Nota: Fatigado de mal leer portugués, declaro solemnemente: Añoro el
imperialismo decadente de Estados Unidos que nos explotaba, pero no nos
consideraba tontos. Dispongámonos, en última instancia, a defender el
Orinoco porque también puede ser entregado en garantía.


SIMÓN ALBERTO CONSALVI