Con tanto disparate que se ve y oye desde que se nos vino encima la tal revolución socialista, uno no sabe si reír o llorar, desesperarse o resignarse, calentarse o despreocuparse, quedarse o irse.
Cuando uno ve y oye al teniente coronel hablar, y cómo habla, en cadena nacional ante empresarios, militares (con estos todos los días), diplomáticos, universitarios y jóvenes, obreros y campesinos, ante público en general, casi todos uniformados de rojo, rojito y, para rubricar, ante representantes de muchos países en foros internacionales, diciendo cosas que probablemente a alguien se le pueda ocurrir, como ejercicio de habladera de paja, en un botiquín o en una tertulia entre amigos para pasar el tiempo, tragos mediante, y viendo como reaccionan los oyentes, sobre todo en los foros nacionales, uno no sabe si es que le están siguiendo la corriente, no le paran, no lo toman en serio, o que le creen ciegamente lo que dice, o lo que dice es verdad y los equivocados e incultos somos otros.
Desde hace ya muchos años y diríamos que cada día que pasa, la cosa se hace mas compleja, sobre todo porque alguien le dijo o el mismo lo inventó y además que se lo cree, que él es un erudito.
Sabe de economía (bueno a veces cree que Adam Smith es un pelotero de los Orioles), de política (piensa que el muro todavía esta en pie), de matemáticas (aunque para él 7x8 son 52), teología (los curas tienen al diablo debajo de la sotana), historia (Sucre nació en Caracas). De pelota, con su rabo’e cochino; de comercio, fue vendedor ambulante; conoce como el que más el arte de la guerra, sobre todo de cómo rendirse.
Presume de lector empedernido, de tapas y contratapas. Cita autores en su lengua original, la de los actores me refiero. Y sobre todos esos temas discurre y cómo discurre. En cualquier foro y ante cualquier auditorio y por horas. Piensa que hace un uso adecuado del idioma, ene especial sobre el género escatológico.
Es políglota. Maneja el inglés con bastante soltura, “jao are yu mister bussss”, y algunas lenguas indígenas y sube el guaraira repano.
Ha cambiado el protocolo de todos los actos públicos donde asiste, no importa que sea en cadena nacional, en su Aló presidente, en la AN, en el TSJ, la OEA, ONU, en una reunión de gabinete, en un acto partidista, en una entrega de tractores iraníes o recepción de aviones rusos, reinauguración de cosas ya hechas, de primeras piedras por enésima vez, o de casas en Cuba, de reuniones con Fidel o de cualquier otro mandatario de países petro-subsidiados.
Se mete en todo, opina sobre todo, en cuanto problema surge allí esta su lengua metida (bueno normalmente él es quien crea los problemas) no importa que sea en Caracas, Nicaragua, Singapur, La Habana, Washington, Moscú, Teherán o Guasdualito.
Es maoista en China, peronista en Argentina, cura en el Vaticano. Es como Dios, está en todas partes pero se ve; y como el Papa, infalible, pero se equivoca. Pero con todo eso, sigue subiendo en las encuestas de Luis Vicente.
Gana todas las elecciones, bueno excepción hecha de las que se hacen en la tierra del sol amada, y en donde nació Venezuela, así como en la Isla y gochilandia, y en donde repican los tabores y en la mayor de las alcaldías. Pero para efectos prácticos no le para y nombra a los derrotados vicepresidentes regionales.
Y aun cuando es zamorano no cree en la federación. Insulta a los sindicalistas y esto se declaran chapistas. Patea a los dirigentes de los partidos asociados y es estos lo justifican porque ese es su estilo. En fin que dudo que pueda haber existido l exista ejemplar semejante en este planeta, en algún tiempo o lugar. Idi Amín y Bucarán no le dan ni por las patas.
Es posible que su ADN sea una especie de cóctel de los orates mas destacados de la historia universal. En fin que nos sacamos la lotería, el Kino, el gordo.Pero hasta cuando estaremos disfrutando de este premio.
Será que aquello de que no hay mal que dure cien años no aplica aquí. Que el pueblo se hizo masoquista. Que con hambre y sin empleo con el hombre me resteo. Que patadas conmigo y besos contigo. Que ponemos la otra mejilla. Y si esto cambia. Y si se acaban las misiones. Y si no hay que comprar en los mercales y en pedevales. Y si se van los cubanos. Y si se arrecha el pueblo. Y si de golpe no se lo calan más. Y si la gente coge de nuevo la calle. Y si se rompe la liguita que él mismo está estriando cada día más. Suposiciones, pero quien sabe. Cayó el imperio romano, murió Cristo.
Como decía un compadre mío “a correr Miñoso”. Dios nos agarre confesados.