Los problemas de inseguridad, alto costo de la vida, la falta de viviendas, la deuda con los trabajadores y el desempleo que afecta a los venezolanos y otras calamidades que ya están a la vuelta de la esquina, tiene a los representantes del régimen revolucionario, especialmente al máximo jefe, en un inmenso nerviosismo y desesperación de aceleramiento del “proceso”, tratando de liquidar las pocas instituciones que no controlan o que no se han arrodillado todavía.
No somos expertos petroleros ni económicos, sin embargo leemos la mayoría de los análisis y declaraciones que ofrecen los que dominan esas materias. Ellos ha dicho que lo que le viene a los venezolanos no es nada bueno. Por una parte los petroleros hablan de baja en la producción y precios del crudo y los economistas dicen que viene escasez y una inflación mayor de la que ya existe.
Este régimen después de despilfarrar mas de 900 mil millones de dólares que entraron al país en los últimos diez años por la venta del petróleo de todos los venezolanos, ahora no solo pretende que la carga de la crisis sea repartida entre todos, incluyendo a quienes no participamos en el festín, sino que pretende mantenerse en el poder para no responder cuando le llegue la hora ante la justicia venezolana.
El año pasado entraron al país 120 mil millones de dólares por renta petrolera y se gastaron 53 mil millones en importaciones a otros países, y de esas importaciones se calcula que un 40% fue para alimentos. Este año se estima que debido a la baja en los precios petroleros, solo entrarán al país un promedio de 45 mil millones de gólares, cifra que no alcanzará siquiera para cubrir lo que fueron las importaciones del 2008.
Esa situación ha puesto al gobierno de Chávez a pedir préstamos de 4 mil millones de dólares a Brasil y dando como garantía las reservas petroleras de la faja del Orinoco, hipotecando de manera irresponsable el futuro de los venezolanos que no han nacido todavía, quienes pagarán deuda que no contrajeron y mucho menos disfrutaron.
En el escenario del nerviosismo y autoritarismo, vimos como en tres meses los revolucionarios aprobaron leyes para quitarle los puertos y aeropuertos a las gobernaciones. También aprobaron una ley para confiscar pequeñas empresas que le prestaban servicios a PDVSA Es importante decir que PDVSA tiene millonaria deuda con esa empresitas y como los dueños se negaron a rebajar las facturas en un 40%., optaron por confiscarlas.
También vimos como en un mes aprobaron la ley que crea el Distrito Capital y la de transferencias para quitarle todas las competencias y recursos a la Alcaldía Metropolitana de la Gran Caracas, dejándole solo el 06% del presupuesto. El nerviosismo es porque Antonio Ledezma logró desarrollar en tres meses una gestión mejor que la de Juan Barreto en cuatro años, que solo se caracterizó por la ineficiencia y corrupción.
En este capitulo de la alcaldía metropolitana, seguimos viendo como Antonio con los pocos recursos que le dejaron y otros aportados por las alcaldías menores y la empresa privada, sigue desarrollando una gestión que tiene muy nervioso a los representantes del régimen, especialmente al máximo jefe, quien durante diez años solo se ha dedicado a ofrecer cosas que nunca llegan a nada.
El diputado Juan Carlos Dugarte, en el mismo escenario del culillo y nerviosismo ha pedido investigar los gastos del alcalde Antonio Ledezma. La verdad es que hay que tenerlas bien cuadradas para decir semejante estupidez. Este señor lo que debería investigar es las cuentas de su cuñada, la esposa del Magistrado Dugarte, quien está detenida por haber montado presuntamente una Notaría paralela al registro que dirigía.
Dentro del nerviosismo que vive el gobierno nacional, porque cada día la cosa se le pone mas pelua, hizo que el diputado por el estado Zulia, Mario Isea, reviviera la comisión encargada de “investigar” los sopotocientos presuntos magnicidios contra Chávez, difundiendo una grabación entre el almirante Carratu Molina y una persona que supuestamente trabaja en la alcaldía Mayor, donde mencionan el nombr5e de Antonio Ledezma y solo por eso, ya el alcalde metropolitano estaría metido en conspiración para matar al presidente.
La persecución contra Globovisión que provocó el pronunciamiento de los organismos que velan por la libertad de expresión en la ONU y la OEA, hicieron que el presidente frenara ofreciera perdonar al canal, si los directivos rectifican y cambian la línea informativa. O sea, que dejen de transmitir todas las vagabundería cometidas por funcionarios del gobierno nacional.
El auto de detención contra Manuel Rosales y la amenaza de enjuiciamiento por “cualquier cosa”, contra Antonio Ledezma y César Pérez Vivas, es otra evidencia del culillo que tienen los funcionarios del gobierno nacional, especialmente del máximo jefe.
Gerónimo Figueroa Figuera