sábado, 27 de junio de 2009
Miguel Sanmartín // Conspiración asimétrica
Este rigicidio será perpetrado por una milicia guerrera armada hasta los
dientes
Preocupación
En el real palacete de la Monarquía mili-vernácula ronda el
nerviosismo. Creciente y justificado. No tanto por los engrinches dentro del
PSUV, las pataletas de los partidos aliados o el ronroneo peremne en la FAN.
No. De lo que se trata es del plan magnicida en marcha (destapado por la
sapopol cubana). Con la pretensión de atentar contra lo más sagrado, lo que
alguna vez fue y debe continuar siendo inextinguible: la abrumadora
popularidad, el incombustible lustre y la incontrovertible épica del
Comandante Hiperlíder. Lo tienen en la mira (a su aura, vamos).
Esta conspiración no se urdió en el Imperio hediondo a azufre. Vale decir,
en los laboratorios de la CIA o el CSI. Habría sido un tiro al piso
derrotarla. Bastaba una rociada con gas del bueno. Pero no, este
macro-complot se fraguó en otras salas situacionales: la Baticueva y el
Salón de la Justicia. Así lo constató el Superagente 86. Y comprobó también
que no serán sicarios de Kaos ni mercenarios de Kontrol quienes lo ejecuten.
Como tampoco serán batallones de estudiantes, trabajadores, médicos,
educadores, alcaldes o gobernadores opositores, curas, empresarios, alguna
ONG o cualquier renegado medio de comunicación venenoso.
Este regicidio será perpetrado por una milicia guerrera y armada hasta los
dientes. Estará al mando del Comandante en Jefe Arrechedera Popular. Su alto
mando lo integrarán los capitanes Garfio, América y Trueno, el osado
sargento García y el presto cabo Reyes. En un escuadrón alistarán los
combatientes inseguridad, impunidad, narcotráfico, corrupción, despotismo,
abuso de poder, represión contra todo vestigio de disidencia y acoso
(judicial, económico y fiscal) contra periodistas y medios de comunicación
enloquecidos.
En otra Brigada formarán los artilleros contracción económica, caída de la
producción, merma del consumo, exceso de controles, regulación de precios,
intervencionismo, limitación de divisas, anarquía de los comités de empresa,
restricción de importaciones, inflación, desempleo y desabastecimiento. En
el Escuadrón rodilla en tierra accionarán rifles telescópicos los
legionarios basura, huecos, deterioro generalizado en salud, educación y
servicios básicos, ineficiencia, falta de vivienda, expropiaciones,
confiscaciones y eliminación de la propiedad privada.
Razones para preocuparse y perder el sueño tiene el Comandante Hiperlíder.
La continuidad de su anacronía revolucionaria está seriamente amenazada. Se
le oponen fuerzas poderosas. Y numerosas. Que sí avanzan a paso de
vencedores haciendo buena aquella otra consigna-emblema: Patria socialista
es hambre y muerte.
La guerra, abierta y patriótica, debería ser contra la desidia, pobreza,
ignorancia y necesidades del pueblo, pero también contra la ineptitud,
corrupción y destrucción de Venezuela. Estos son los enemigos de la Patria.