Junio 19, 2009
Hermanazo, te cuento: Como veo, por algunas protestas aisladas, que no lo has entendido del todo bien, te lo explico por enésima vez: El caso es que Venezuela es otra. Venezuela dejó de ser un país capitalista donde las empresas se rigen por el nefasto principio de la producción de ganancias, excedentes y esas cosas negativas que amenazan a la pobre Europa y a los miserables Estados Unidos, y pasó a ser un modelo socialista, un modelo en el que las empresas producen pérdidas, como debe ser.
Antes el capitalista era dueño de los medios de producción y tenía sentido la protesta y la huelga en su contra, así como la exigencia de contratos colectivos justos que te hicieran partícipe del jugoso botín que él se estaba llevando. Sin embargo, con el nuevo modelo, como las empresas ya no se rigen por el principio de ganancias, sino de pérdidas, que es la manera como se expresa su compromiso con la sociedad, es menester que comprendas que algunas de las condiciones laborales que habías logrado antes serán desmejoradas un poco. Como no hay ganancias, para comenzar, no hay nuevas exigencias que hacer, de ningún tipo. Pero además, como ahora las empresas pierden, es menester que te aprietes un poco el cinturón y que siguiendo el ejemplo de las autoridades –cuyas muestras de sacrificio y austeridad son evidentes–, mantengas tu sueldo congelado y quizá, en algunos casos, sea preciso alguna reducción, tanto de sueldo como de personal. Es probable que alguno de ustedes tenga que buscar empleo en otras empresas capitalistas, de las que vayan quedando. No se sientan por ello excluidos del proceso, es un “mientras tanto”, porque, dentro de poco, esas empresas serán estatizadas y volverán a ser ustedes, como el resto, dueños de su trabajo conforme a los principios arriba descritos.
En otras palabras, lo que deben entender, fundamentalmente, es que ahora Venezuela es de todos y como dueños de las empresas en las que trabajan, no se les hará difícil comprender que no tiene ningún sentido que ustedes protesten exigiendo mejoras salariales o en las condiciones laborales, porque eso equivaldría a que ustedes protestaran en contra de ustedes mismos y sólo una persona que no anda bien de la cabeza se hace una autoprotesta o una autohuelga… ¿sí lo van siguiendo? Para que se vea más claro podemos explicar esta nueva situación que se les viene encima con el célebre cuento de Robin Hood, que ve a una ancianita pidiendo limosna y dice: -Soy Robin Hood, le quito a los ricos para ayudar a los pobres…
Inmediatamente se cuela en el castillo de un rico noble y le arrebata toda su fortuna y se la entrega a la ancianita, que exclama emocionada: -¡Soy rica!… ¡Soy rica!… Por fin… ¡Soy rica!…
Robin Hood escuchó lo que gritaba la anciana y sentenció: -Soy Robin Hood, le quito a los ricos para ayudar a los pobres…
Y nuevamente le quitó a la viejita todo lo que le había dado.
La situación es exactamente la misma. Al pasar a ser propietarios, es decir, capitalistas, deben ustedes enfrentar un trato similar al que ellos reciben, puesto que no hay nada más odioso que un trabajador rico. Es decir, ustedes son la viejita de la historia.
Con la esperanza de que estos conceptos les queden claros, les escribo esta carta desde París, la llamada “ciudad luz”, en donde me encuentro corroborando personalmente los escargots, quise decir los estragos que el capitalismo está haciendo sobre esta pobre nación.
Cualquier sugerencia o comentario, favor hacérmelo llegar a la Empire suite del Hotel George V, 31, avenue George V, 75008 Paris, France, Tel. 33 (0) 1 49 52 70 00, Fax. 33 (0) 1 49 52 70 10. Une patrie, un socialisme ou une mort!… nous gagnerons!!!