viernes, 17 de julio de 2009

Mariahé Pabón /Enajenado


“Yo no me voy a sentar a discutir la convención con ningún enemigo de Chávez, de la revolución. ¿Qué es eso? De nada nos serviría tener una nueva Pdvsa si fuese un nido de escuálidos. Estamos resteados con el comandante Chávez. Pdvsa está y estará en la vanguardia de la revolución bajo la dirección del comandante Chávez”. Rafael Ramírez, enardecido, desde el Domo de Cabimas frente a miles de petroleros.



En el nombre del rojo

Lo único que nos hace falta es que el enfebrecido Rafael Ramírez ordene la ejecución de todos aquellos que no estamos resteados con esta revolución castradora y chantajista que amenaza a los trabajadores petroleros con sacarlos del camino por el solo hecho de haber levantado la bandera del rechazo ante tanto atropello al sindicalismo venezolano con más de un centenar de víctimas.

A los servidores públicos, se les obliga a vestirse de rojo y a cerrar la boca, si quieren permanecer en sus puestos. A los niños, se los exhibe en las escuelas con sus uniformes rojos, sus boinas rojas y el grito de ” Patria, socialismo o muerte, venceremos” .

Igual fenómeno se impone dentro de las tropas castrenses, entes oficiales, centros universitarios, dondequiera que haya un aliento rojo, ahí esta la foto del patrón, la frase del comandante, la bandera de la revolución.

Guayana, Bolívar, Zulia y Curiepe, están a punto de romper fuegos, no propiamente artificiales. Y es que la situación planteada por el enajenado cabo Ramírez ha puesto en guardia a una enorme población que no se cala las intimidaciones de quien se ha convertido en el exterminador de todas las libertades . Escondidos aguardan los GN armados hasta las uñas por si tratan de defender sus derechos. No es de extrañar el despido de todos aquellos, rojos o blancos que tuvieron el valor de quitarle la careta al amelonado boquirubio ministro negado a discutir con persona alguna que no lleve en la frente el sello chavista.

Amor es…

El enamoramiento, la idolatría, la chifladura embarga a los incondicionales de Chávez, y les lleva a cumplir ciegamente sus órdenes, mientras él se hace el sueco para dejar crecer la especie de no ser el autor de las tropelías. De ahí que muchos de los pobres declarantes que muestran sus miserias en la televisión no oficial, casi nunca le echan la culpa al presidente porque al caer en ese error pierden la posibilidad de alcanzar sus favores. Andan de un lado a otro pidiéndole que pare la oreja, los escuche, los mire. El amor sigue en pie,es incondicional hasta que la muerte los separe. ¿La muerte de quien?. Esa es la apuesta.

Cada vez que a Chávez se le ocurre poner en marcha una de sus absurdas estrategias para aplastar al enemigo, inventa un viaje y en esta ocasión, su objetivo es el de cruzar la franja de Gaza con el propósito de echar fuego a una hoguera que no es la suya, a un conflicto que no le pertenece y que sólo responde a un odio irracional contra la comunidad judía venezolana a la cual mantiene en jaque permanente. Con Palestina quiere jugar a padrino, patrocinante y conquistador, como lo hizo ya con Bolivia, Paraguay, Honduras, Ecuador y parte de América Central. El hueso con los palestinos será tan difícil de roer, como el de Colombia.