lunes, 3 de agosto de 2009

Ibsen Martínez :Opiniones de Ospina


A William Ospina, escritor colombiano, le ha sido otorgado el Premio internacional de Novela Rómulo Gallegos correspondiente al 2009.
Soy uno de sus millares de lectores iberoamericanos desde que publicara Las Hogueras de Sangre, en 1999. Se trata de un ensayo de difícil emulación: a partir de las Elegías de Varones Ilustres de Indias, de don Juan de Castellanos, Ospina se propone mostrar lo que el subtítulo de su deslumbrante ensayo se propone: que Castellanos fue el autor del descubrimiento poético de América Latina. Lo logra de modo incontrovertible, pero va aún más allá: propone que el idioma castellano alcanzó su clasicismo como lengua moderna en América, antes que en España. Y avanza mucho en demostrarlo. Ospina tiene, sin embargo, intereses más contemporáneos. Se interesa por el destino de los bosques tropicales de lluvia y por la causa de los preteridos pueblos latinoamericanos.

Vale la pena compartir alguno de sus poco conocidos pareceres acerca de Chávez y sus logros.

Transcribo, pues fragmentos de un artículo suyo que atesoro. Apareció en la revista colombiana Cromos, en diciembre de 2006, a manera de comentario sobre la elección presidencial de aquel año.

Se titula "Triunfo de Chávez".

"Quienes permitieron con indiferencia escribía entonces Ospina que, a pesar de la enorme riqueza nacional, durante medio siglo la miseria se apoderara de Venezuela, ahora no le perdonan que no haya acabado con la pobreza en siete años de gobierno. Quienes esperaban que su aislamiento lo convirtiera en presa fácil de las conspiraciones internacionales, no le perdonan que maneje una política de alianzas que lo ha proyectado como uno de los más influyentes líderes del continente.
Quienes ocuparon el poder en nuestros países y pasaron sin pena ni gloria, sin proponer mínimas transformaciones históricas, no le perdonan que se haya convertido en uno de los gobernantes más visibles y más exitosos de los últimos tiempos."

Me apresuro a decir que en modo alguno pienso que el tumbaíto jalabolas de Ospina, manifiesto en esos superlativos "el más visible, el más exitoso" tenga algo que ver con que el jurado de contratistas de la Fundación Rómulo Gallegos le hayan otorgado el premio. Sólo quiero poner de bulto lo que pensaba de Chávez el escritor favorito de la "progresía" latinoamericana hace apenas tres años.
Ospina prosigue diciendo en su recensión sobre el triunfo electoral de Chávez en 2006 cosas como estas: "Yo creo que el antichavismo es anterior a Chávez. Un mulato indómito y locuaz que llama a cambiar un panorama de injusticia y de menosprecio por el pueblo es una de las más antiguas pesadillas de las élites latinoamericanas." Ni siquiera el poeta Luis Alberto Crespo, con todo lo que se desvive por no desmerecer, ha ordenado jamás una lisonja tan candonguera como esta de Ospina.

Ofrezco al lector a un minuto de risa a cambio de soportar el pasaje que sigue: "El caso de Chávez prueba que las palabras populismo, demagogia y dictadura se aplican con mucha facilidad a quienes no comparten los modelos prescritos, aunque hayan sido elegidos democráticamente, aunque tengan el apoyo de su población, aunque garanticen la libertad de expresión, aunque no tengan presos políticos, aunque respeten la propiedad privada, aunque no puedan ser acusados de crimen alguno.

Esas estrategias abusivas con el lenguaje y con la información, la manipulación mediante adjetivos y acusaciones indemostradas, son cotidianas en nuestros países, así que Chávez emprendió desde el comienzo la tarea de rodear de un entorno favorable su experimento social. Sabe que sólo si en el mundo entero hay países e instituciones dispuestas a apoyar su gestión, le será posible avanzar en su proyecto político interno." Yo creo, a mi vez, que hay que ser justos y concederle a Ospina el beneficio de haber escrito esta pamplina que parece salida de la oficina de prensa de Miraflores hace tres años.

Pero como supongo que anda entre nosotros hay que venir a Caracas a cobrar el cheque , esta parece ser una buena oportunidad para, si no desdecirse del todo, al menos sugerir que la clausura de 234 emisoras radiales y la casi simultánea promulgación de una ley que castigue la opinión disidente con prisión de hasta cuatro años es algo que no cuadra con el retrato del incomprendido héroe popular que Ospina hace de Chávez.
Esto último, puede asegurarse, no es una "estrategia abusiva con el lenguaje y con la información" ni es manipulación "mediante adjetivos y acusaciones indemostradas".

"Países e instituciones y personalidades de las letras hispanoamericanas, añado yo dispuestas a apoyar su gestión" no van a faltarle al munificente y manirroto líder que Ospina tanto admira, al menos mientras el crudo mantenga sus precios.

Pero alguien debería advertirle al autor de El País de la Canela que llamar "mulato" y "locuaz" al Máximo Líder puede llegar a costarnos años de cárcel a los lectores de Ospina desde la mismísima semana que hoy comienza.