Sólo en estas dos últimas semanas, se han anunciado varias acciones gubernamentales que van dejando a los medios de comunicación audiovisuales como un esqueleto, sin cerebro, músculo o nervios. Una de estas acciones es la apertura de una nueva averiguación en contra de Globovisión. Esta vez en contra del programa Buenas Noches, que moderan Francisco (Kiko) Bautista, Carla Angola y Ronald Carreño, por el supuesto llamado “al golpe de Estado, al magnicidio, a la comisión de delitos y a fomentar el desorden”, que presuntamente hizo un televidente a través de un SMS que se pasó por un cintillo en ese programa. A esta averiguación se le sumó la consignada ante el Ministerio Público el 18 de septiembre, por el Frente Nacional de Mujeres Socialistas, a raíz de que el programa Buenas Noches transmitiera un video donde supuestamente se irrespetó “la imagen de la mujer”. Otra de las últimas arremetidas contra los medios es la amenaza de Conatel de cerrar 29 emisoras de radio, que se sumarían a las 34 que fueron sacadas del aire hace un mes.
Esta arremetida de Conatel en contra de las radioemisoras del país, donde están en lista de averiguaciones otras 200 más, habría llevado a algunos circuitos radiales a “aligerar” su línea editorial, a moderar algunos programas y a sacar de escena a los más críticos e incómodos para los jerarcas del régimen. Entre los sacrificados más notorios, por lo que ya sería considerada una de las más burdas medidas de autocensura en Venezuela, estarían la Mesa de Análisis del Circuito Unión Radio. Esta mesa desde sus inicios estuvo moderada por la profesora de generaciones de periodistas venezolanos, Marta Colomina. Ahora, la moderación de la Mesa de Análisis fue repartida entre diferentes anclas de la emisora, entre los que se cuenta la periodista Mari Pili Hernández, férrea militante del chavismo. La participación de la profesora Colomina, quedó así reducida a moderar la Mesa de Diálogo sólo los miércoles. Esto, por decir lo menos, es un irrespeto no sólo para Colomina, sino también para sus radioyentes para quienes la imagen del programa estaba íntimamente vinculada desde su inicio con la profesora.
El otro sacrificado fue el experimentado periodista Nelson Bocaranda, a quien el Circuito Onda le dejó sus Runrunes fuera del aire, los cuales podrán ser seguidos sólo por Twitter, y su acostumbrada columna de El Universal. Adicionalmente, el Gobierno ha anunciado que el Ministerio de Comunicación e Información asignará tres horas y media de la programación de producción independiente, de las cinco horas y media que deben transmitir las emisoras, según lo establece la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión (mejor conocida como Ley Mordaza). Esta medida discrecional atenta tanto contra los productores nacionales independientes como de los radiooyentes, quienes en adelante estarán aún más sujetos al bombardeo ideológico del socialismo de Chávez. Y si esto no fuera poco, este martes en audiencia pública, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones informó que entre las acciones previstas por esa comisión estarían una serie de nuevas obligaciones para los operadores de televisión por cable, entre las cuales se citan la de transmitir las cadenas presidenciales.
Al cierre de esta edición todavía no estaba claro cuál será el alcance de las medidas que tiene en mente el Gobierno, sin embargo ya se sabe que lo seguro es que conduzca a reforzar al comunismo castro-chavista que se está imponiendo en el país. Además de estos avances, este sistema totalitario impuesto en Venezuela sumó en la última semana a dos nuevos periodistas en el exilio: El corresponsal de Globovisión en el estado Táchira, Freddy Machado, quien pidió asilo en EE.UU. por persecución judicial después de haber revelado la supuesta falsificación de título de un juez de la región en 2006. Y Rafael Poleo, quien informó que se mantendrá fuera del país mientras es imputado, este jueves 24 de septiembre, por las declaraciones emitidas en Aló Ciudadano en octubre de 2008, cuando advirtió que el presidente Chávez podría tener un destino similar al del dictador italiano Benito Mussolini.
Disponible en inglés en: http://www.veneconomy.com
