miércoles, 14 de abril de 2010

Guerrilla comunicacional o contraofensiva revolucionaria





Hugo Chávez opta por el camino de la radicalización, con Cuba como referencia “las guerrillas comunicacionales”, integradas por jóvenes liceístas, representa un nuevo paso para controlar el creciente malestar político y social debido a la ineficacia para resolver los problemas como la crisis eléctrica y el desabastecimiento del agua, la carestía, el aumento de la pobreza, el desempleo, la inseguridad y la corrupción.



Aunque no se haga mención directa a Cuba, esta iniciativa ­como fueron también los círculos bolivarianos, los consejos comunales y la milicia­ sugiere paralelismos con los comités de defensa de la revolución (CDR) castristas, grupos vecinales conocidos como “los ojos y los oídos de la revolución”, que espían y vigilan a los vecinos para defender el Gobierno de La Habana de la incursión imperialista.

Los CDR inventaron los mítines de repudio, para acosar y agredir a los opositores; se trata de prácticas abominables, características de sociedades donde el odio es política de Estado. Chávez busca “cubanizar” a Venezuela al copiar estructuras de organizaciones políticas del régimen comunista, como los CDR y otras organizaciones de masas que involucran a todos los sectores sociales. Con la juramentación de “las guerrillas comunicacionales” Chávez lanzó una “contraofensiva revolucionaria”, para acallar las protestas cada vez más virulentas de trabajadores decepcionados y ataques de una oposición que podría lograr en septiembre una mayoría parlamentaria. El objetivo de estas “guerrillas comunicacionales” es difundir y afianzar la ideología revolucionaria entre los jóvenes, para que se entreguen a la defensa de la revolución bolivariana, serán sus ojos y oídos, infiltrados como una plaga en los medios de comunicación para amedrentar a la prensa crítica. Harán lo mismo en foros, colegios, universidades y se convertirán, como en Cuba, en “alimañas repugnantes” ­así llamados por los mismos cubanos­ para espiar, denunciar y delatar a sus compañeros sin remordimiento.

Qué duda cabe, con la presencia de los “guerrilleritos” intentarán hacernos la vida imposible cuando exijamos respeto por nuestros derechos constitucionales, tal como lo vimos en la última reunión de la SIP, en Aruba, cuando una cuadrilla de supuestos periodistas alternativos que, como la sombra del vampiro, se dedicó al saboteo y amedrentamiento.

Una acción que tuvo como resultado el proceso judicial iniciado contra Guillermo Zuloaga, presidente de Globovisión
Marianella Salazar
El Nacional