viernes, 20 de noviembre de 2009
“Lavarse el paltó”
El Jefe del Estado ha pedido que alguien le explique a Uribe y a Obama qué significa la expresión “lavarse el paltó”, a la que fueron mandados los dos hace poco, solicitud que cumplimos de inmediato. Naturalmente, la frase se ha prestado a todo tipo de tergiversaciones porque en medio del ensañamiento opositor en contra del discurso presidencial, toda expresión es malinterpretada, sacada fuera de contexto y manipulada. Ya andan diciendo por ahí que Chávez mando a Uribe y a Obama a “lavarse ese ce-u-ele-o”.
Sinceramente, la perversidad escuálida no tiene límites. ¿Desde cuándo y dónde ce-u-ele-o es equivalente de paltó? Realmente sólo una mente pervertida establecería una relación así. Con manipuladores de esta calaña todo cabe: mañana dirán que cuando dijo “buenos días” lo que quiso fue mentarle la madre al presidente del Perú y que cuando dijo “métanse ese periódico en el bolsillo” a los dueños de medios, era en otro lugar menos amplio que el bolsillo. En fin, cumplamos con nuestra misión.
Señores Obama y Uribe: En Venezuela el “paltó” es una prenda de vestir que combina con el pantalón y se coloca encima de la camisa. Lo que en español más castizo se conoce como america na, chaqueta (menos en México) o parte superior del traje.
Así pues, mandar a alguien a lavarse ese paltó significa, literalmente, invitar a esa persona a que higienice la prenda de vestir arriba descrita, sin que haya en ello ninguna intención adicional, como la antipatriótica oposición venezolana pretende señalar.
La recomendación es que eso no se haga en la lavadora porque se le puede salir el botón al paltó y entonces sí nos metemos en problemas, no ve que la costura va por dentro.
Lo recomendable, tanto para Uribe y Obama, es que lleven ese paltó a un sitio especializado en el lavado de cosas delicadas, porque nuestro Presidente supone, en un gesto de consideración que le enaltece, que los paltós de ustedes son finos.
Por otro lado, al paltó tampoco hay que lavarlo a cada rato, porque también se deteriora de tanta fricción: Va perdiendo el color (con el perdón de Obama) y se va desdibujando la forma de los pliegues originales. Ante cualquier emergencia de suciedad que se presente, como consecuencia de alguna comida, basta con cargar encima toallitas húmedas y limpiar la mancha en el momento, porque si se deja secar es peor y cuesta más.
Eso es lo que quiso decir nuestro comandante, señores Obama y Uribe. Este y no otro es el significado de sus palabras, así que “vayan a lavarse ese paltó”, pero con cuidado: no lo restrieguen…
Laureano Márquez
viernes, 13 de noviembre de 2009
Estamos en guerra
“Ciudadanos: estamos en guerra porque como dije antes y es bueno que lo diga y es bueno que lo comprendan. Estamos en guerra, porque ya estamos. ¿Por qué razones? Ustedes me dirán . Y yo les contestaré: por razones fundamentales que todo conglomerado debe entender y son tres: la primera, la segunda y la tercera. Pues así es. ¿Qué cosas verdad?. Pues sí. Razones que son la esencia misma de la realidad de esta lucha, razones por las que todos debemos aportar un granito de arena”. Fragmento de un discurso de Cantinflas en la película “Su Excelencia”.
El miedo por delante
Pues la verdad es que no hay más que pasar la mirada por los números que reposan en los archivos de la policía y que no mienten, para saber que en Venezuela la guerra por culpa de la violencia supera todo cálculo. Hay guerra sin tregua en los barrios y cada semana aumenta el número de familias destrozadas por la muerte de sus hijos, sus nietos, sus hermanos, sus padres, sus maridos. Ningún habitante de los sectores populares sabe si llegará vivo a su casa, si amanecerá en su cama, si le robarán su moto, lo asaltarán en la buseta o lo atracarán en la panadería. Ir a una fiesta de fin de semana es una proeza, celebrar el cumpleaños de un familiar una temeridad, cambiar un cheque en un banco y llevarse el dinero en el bolsillo, una sentencia de muerte. Venezuela es un campo de batalla en donde gana el más fuerte y el mejor armado. Se camina a prisa por las calles. Se maneja en automóviles de vidrios ahumados, alarmas y hasta blindaje a prueba de balas. Nadie puede dudar de que estamos en guerra . Endógena, la llamaría Chávez. La cifra oficial de los homicidios en Venezuela es dramática: 40 por día. Los secuestros han aumentado en un 60%.
Un mitómano de cuerpo entero
El Presidente Chávez es, en definitiva, un mentiroso compulsivo. Como simple oyente del programa dominical, suerte de confesión abierta para embaucar a quienes lo siguen, cual si se tratara de uno de los falsos profetas de ” Pare de Sufrir”, he escuchado mentiras que ya no me hacen reír, como ésta ” si yo no estuviera condenado a muerte como lo estoy, viviría en un apartamentico por ahí..Lo que pasa es que uno está como en el fondo de una cueva, obligado a salir y a entrar como un preso” . Todos lloran y aceptan, porque ” sí, es cierto, lo van a matar, pobrecito”.
El domingo pasado contó que cuando estaba casado con Nancy vivía en un rancho con techo de cartón (como los que describe Alí Primera) y allí nació su primera hija. Vaya mentira, pero surte efecto.
Lo del llamado a la guerra colmó el vaso. Apareció en todos los periódicos del mundo, en todas las pantallas de televisión, en todos los programas de radio. Y él, muy cínico, amaneció diciendo que no es ningún guerrerista y que jamás llamó a sus soldados a empuñar las armas. Una vez más le echó la culpa al imperio, a Uribe y a una intriga mediática.
Lo dicen los especialistas
“Existen cuatro tipos de manifestación de la mentira: la hecha en forma esporádica (todos alguna vez mentimos), la evolutiva (de niño), la que se dice como producto de un padecimiento sintomático (para obtener atención gracias a la creación de un falso personaje) y la efectuada como conducta repetitiva. Esta es la mitomanía, en la que se vive para y por la mentira. El mitómano utiliza la mentira como conducta de vida, falseando la verdad respecto de hechos, cosas y personas con el objeto de hacer un daño. Existen tres tipos de personalidad en donde se asienta esa conducta obsesiva: la psicótica (producto de un delirio), la perversa (la mentira es un instrumento para falsear hechos y dichos) y la neurótica (el otro aparece como alguien que lo tiene todo y se necesita de la mentira para llamar su atención.”
No podría afirmar en qué grupo se debiera ubicar al Presidente porque no soy psiquiatra, pero como su oyente desde hace diez años, me atrevería a colocarlo en el renglón de los mitómanos .
Ayer se contradijo y alivió las tensiones. Mañana volverá con su cantaleta antiimperialista y armará de nuevo un zafarrancho mundial. Hoy se agazapa y mañana salta. Hoy insulta y mañana se arrepiente. Todos los días nos dirá que lo quieren asesinar, que el Imperio nos invadirá por la frontera con Colombia y que de Diosdado depende que Globovisión sobreviva. Para eso, después de humillarlo ante miles de televidentes, lo premió de nuevo con la joya de la corona, Conatel, sin quitarle el ministerio de la vivienda que es la caja grande para regalar sin medida y guardarse el vuelto.
Mariahé Pabón
miércoles, 11 de noviembre de 2009
Soldadito de Plomo
"Si se tolera algo, se vuelve soportable y al poco tiempo se convierte en normal".
Israel Zangwill, escritor inglés y destacado sionista (1864-1926).
Hemos tolerado durante más de diez años la ineficiencia de un régimen que antepone su proyecto político revolucionario al bienestar de los venezolanos. Hemos presenciado cómo ha dilapidado en una década los mayores ingresos que ha tenido jamás el país, pero nuestro pueblo ha aceptado que en lugar de trabajo, les den limosnas; que en lugar de estudios les den ideologías baratas; que en vez de servicios, los llenen de promesas que jamás se cumplen. Una cotorra bien aliñada convenció a los venezolanos de más escasos recursos que este Comandante sin formación de ninguna índole para conducir un país, guíe hasta las vidas personales.
Es una vergüenza cuando nos culpan de la crisis eléctrica y lo aceptamos, saliendo mansamente a comprar velas y plantas eléctricas. Nos reímos del asunto de la totuma sin darnos cuenta que el tipo habla absolutamente en serio. Le quita las empresas a quienes las han levantado con esfuerzo y el personal de esas empresas demuestra su poca fidelidad hacia quienes le dieron de comer tantos años y creen que el gobierno será mejor jefe. Tarde se dan cuenta del engaño, de la pérdida, cuando ya no hay sino que ir a llorar pal Valle donde cambian lágrimas por cachapas.
La degradación a que Hugo Chávez ha sometido a los venezolanos va desde sus más cercanos colaboradores hasta pobres campesinos que son bautizados paramilitares si se atraviesan a una bala narcoguerrillera. El Presidente se sienta ante las cámaras de televisión a insultar a la empresa privada, a la que tilda de golpista e imperialista, a la clase media de "pitiyanki", a los gobernadores fronterizos de oposición de "paramilitares". Su desprecio por la oposición tiene la misma medida de su incapacidad de comprender que sus gobernados tienen derecho a vivir bien, que eso es una meta para cualquier gobierno eficiente y no un pecado de los ciudadanos. Allá quienes quieren seguir montados en burro, iluminándose con velas y bañándose con totumas. La mayoría de los venezolanos rechaza este retroceso de tres siglos en su calidad de vida.
En una década los venezolanos han ido reacomodándose a nuevas realidades que más que políticas son económicas y sociales. La revolución ha sido caldo de cultivo para la inseguridad, para la destrucción de la infraestructura nacional, para la masacre de la institucionalidad. No hay un solo campo en que el régimen haya destacado por su eficiencia o visión de futuro. Pocas obras de envergadura pueden atribuírsele, a cambio de todo lo que ha tomado por la vía del arrebatón: tierras, hoteles, empresas. Eso sí, le gustan las prósperas, las que están en plena productividad, las que tienen el trabajo hecho, para apoderarse de esas propiedades privadas. Las páginas de Internet del chavismo cada vez más reflejan el inmenso desengaño: "soy revolucionario pero me molestan los apagones, "Apoyo a Chávez pero estoy harta de vivir en rancho", "Al Presidente lo engañan, sus funcionarios no sirven". La traducción de esto es que el chavismo está ya en
la bajada de la decepción. Y Chávez lo sabe, él sabe todo lo que pasa. El problema es la interpretación que da y los correctivos que aplica.
Soy particularmente opuesta a los métodos presidenciales porque por educación y principios prefiero la vía de los modales y la gerencia. Pero reconozco que Chávez tiene el instinto de los lobos para oler la sangre. O sea, que él sobrevive políticamente porque sabe las debilidades de quienes le rodean. Y la debilidad es el vil metal. Los funcionarios gubernamentales, electos o no, están cebados en el presupuesto nacional. Por eso vemos a esos ministros y viceministros regañados y humillados en público, reptando con los ojos bajos para que los dejen en el cargo. Chávez lo sabe y sólo se enfurece con ellos cuando le hacen perder popularidad con su ineficiencia. Pero no los regaña más allá de la televisión, porque entonces øcómo financia las múltiples elecciones con las que nos ha mareado para mantenerse en el poder? Alguien tiene que sacar el dinero de donde lo hay, por eso se les perdona la ineficiencia.
De esta forma llegamos a la guerra. Chávez sigue el Manual de Guerra de Tsun Zé, el chino que dijo que nada unía más a una nación que tener un enemigo externo común. El problema es que los venezolanos no vemos a los colombianos como enemigos. El problema es que así tuviera razón en la disputa, nadie le ve a Chávez las cualidades militares para ganar a la fuerza ni siquiera una escaramuza de barrio. El problema es que nuestros Generales son soldaditos de plomo, gordos y sinvergöenceados a punta de prebendas. El problema es que no nos da la gana de sacrificar ni un solo venezolano para complacer el pleito personal del Presidente, que esta arrecho con Uribe desde hace años y no halla como desquitarse de las continuas derrotas diplomáticas que le propina el colombiano.
Pero el real problema es, amigos, que Mi Comandante como que esta convencido que una alharaca bélica en las fronteras le daría la oportunidad de deshacerse de los gobernadores de oposición de Táchira y Zulia; distraería la atención de los gravísimos problemas nacionales ocasionándonos uno mayor y a la final, pues él es un soldado al que le encanta jugar con armas y tanques, sin medir las consecuencias porque en realidad él no tiene sentido alguno de los límites, las medidas o las responsabilidades que debe asumir un Jefe de Estado.
No hay que acostumbrase a este estado de cosas. No hay que permitir las amenazas ni los regaños. Si alguien es culpable de lo que pasa en Venezuela es Hugo Chávez, porque él ha manejado omnímodamente todos los hilos del poder desde 1999. Si hasta ahora no ha respetado la voluntad de los venezolanos, la resistencia que encontrará lo va obligar a recular si tiene un mínimo de sensatez, porque nadie apoya su guerra. Algo de decisión en esta locura han percibido los observadores nacionales e internacionales, sobre todo cuando ven que el Presupuesto 2010 asigna siete veces y media más recursos al área de Defensa que a los presupuestos de lucha contra la inseguridad hamponil. Eso denota que a Mi Comandante le interesa más jugar a la guerra que proteger la vida y bienes de los venezolanos. Ojo, Presidente, ponga cuidado a su propia guerra interna, porque esta jugando con fuego y desde hace rato nos huele a quemao.
Charito Rojas
jueves, 5 de noviembre de 2009
Yo tenía una luz...
Resulta que en 1999, el Consejo Eléctrico Nacional, que agrupaba a todas las compañías públicas y privadas del sector, entregó al gobierno de Hugo Chávez la proyección eléctrica de Venezuela a diez años, estudio que indicaba que debían instalarse mil megavatios anuales para satisfacer la demanda. Hasta el momento, el gobierno revolucionario ha instalado apenas el 10% de lo proyectado. O sea, le dieron la tarea y no la hizo.
Ahora le echa la culpa a todo el mundo y no reconoce su responsabilidad absoluta en el desastre eléctrico nacional. El problema viene ligadito con la falla de agua, porque nuestra generación es fundamentalmente hidroeléctrica, así que el gobierno ha recomendado totuma y velas para la crisis, consejos muy acordes a sus niveles de capacidad. El Comandante Presidente, que ha regalado sistemas interconectados a Cuba, plantas eléctricas a Nicaragua, 80 millones de dólares a Bolivia para que mejore su red eléctrica, tiene las bolivarianas agallas de decirnos que no tenemos luz porque gastamos mucho. Que el sistema nacional es saboteado, que el Niño tiene secas las presas, que bla bla bla.
Aquí hay una sola verdad: el gobierno no se ha ocupado de lo que debe, no ha construido presas, no ha invertido en mantenimiento de las redes existentes ni ha aumentado en la medida de la necesidad la capacidad generadora. Esto podría ser negligencia e ineptitud, pero lo que sí es delictivo es el desvío de los recursos monetarios y humanos del sector eléctrico e hidrológico, para hacer una revolución no permisada por ninguna ley de la República.
Lo que ha pasado es que el gobierno acaparó todas las compañías de electricidad, asumiendo el sector público la exclusiva responsabilidad de encendernos los bombillos. Lo que pasa es que los empleados de Corpoelec, al igual que todos los empleados públicos, violan por órdenes
superiores la Ley contra la Corrupción que en su artículo 13 establece que:
"Los funcionarios y empleados públicos están al servicio del Estado y no
de parcialidad política o económica alguna. En consecuencia, no podrán destinar el uso de los bienes públicos o los recursos que integran el patrimonio público para favorecer a partidos o proyectos políticos, o a intereses económicos particulares". Todos hemos visto a los directivos de Corpoelec, a los
empleados, vestidos de rojo, haciendo campaña dentro y fuera de las
instalaciones de la institución. Corpoelec ha sido uno de los organismos más
activos en la pega de carteles y propaganda a favor de Chávez en las múltiples
elecciones que éste ha promovido para enraizar su revolución izquierdista. El
organismo ha pagado con sus fondos impresiones de panfletos, afiches, ha
colocado en los vehículos oficiales esa publicidad, han hecho caravanas
públicas, han utilizado vehículos y personal para pegar propaganda, han usado
sus instalaciones para hacer asambleas y en el último referendo, la consigna en
las asambleas de Corpoelec era el compromiso que tenían de proponer a Hugo
Chávez para Presidente en el año 2012.
Traducción: en lugar de invertir dinero en redes, lo invirtieron en
campaña y en donaciones para los servicios eléctricos de otros países; los
empleados pagados por nuestros bolsillos, eran agentes de campaña de una
facción política; la atención que se le ha debido prestar a la eficiencia del
servicio se enfocó en consagrarse a un proyecto personal de un hombre que por
demás ha incumplido gravemente su obligación de gobernar a Venezuela en
beneficio del bienestar y progreso de sus habitantes.
Chávez y su camarilla de diputados, magistrados, rectores y funcionarios se han apoderado de las leyes para hacer lo que les viene en gana con el país y sus recursos. Las consecuencias de las prioridades presidenciales ya las estamos sufriendo y las soluciones pasan por cambiar un sistema político ineficiente al que solo interesa la proyección internacional de su caudillo por un sistema eficiente que utilice los recursos humanos del país para satisfacer las necesidades de los venezolanos.
Por si no hablé claro, les digo que si seguimos con Chávez, nos sale vela y totuma por siempre, porque la ineptitud y el fanatismo no tienen remedio. Tenemos la oportunidad para el 2010 y el 2012 de cambiar esto, de darnos una esperanza de calidad de vida. Espero que mientras enciendan sus velas, se les quemen los artefactos, se les pudra la comida, se bañen con totumas, bajen la válvula de la poceta cuando puedan, en suma, que mientras se hunden en la mugre y la oscuridad, la luz se haga en sus mentes y voluntades, decidiéndolos a unirse para acabar de una vez por todas con este oscurantismo medieval que ensombrece Venezuela desde hace más de una década.
Charito Rojas
charito@movistar. net.ve
lunes, 2 de noviembre de 2009
El Brasil capitalista en ascenso y la Venezuela socialista en ruinas
El capitalista siglo XXI, Lula Da Silva, el mismo que sigue con rigor las recetas del FMI, es amigo del alma de Obama, de la señora Clinton, de Ben Bernanke y de Bill Gates, asistente asiduo al Foro del Davos, invitado permanente al “Grupo de los 8″ y miembro del “Grupo de los 20″, defensor de la inversión extranjera en Brasil y promotor del BRIC, partidario de no atrasar un solo día los pagos de la deuda brasileña y de que el estado de derecho, la libertad de expresión y la división de poderes se respeten de manera escrupulosa en su país, y por tanto, responsable de que el “Gigante do SUR” sea la primera economía del mundo occidental en salir de la crisis, se dio el viernes un paseíto por Venezuela, se dignó visitarnos y adivinen con qué agenda, finalidad e intención.
Pues Lula, el presidente de los Estados Unidos de Brasil (también conocido como “O país mais grande do mundo”), vino a Venezuela ( y ahora sí: agárrense de las manos o apriétense el cinturón), a promover el socialismo del siglo XXI y a la revolución chavista, a cantarle loas al estatismo y la colectivización de la sociedad, a declararle la guerra al FMI y a la economía global y proclamar y nutrir la idea, según la cual, el capitalismo -que él promueve y consolida en Brasil-, es perverso, maldito y destructor y debe desaparecer cuanto antes de la faz de la tierra.Eso sí, estas últimas ideas (digamos que ideológicas y estratégicas), susurradas en privado y en un portuñol que deja brechas a la ambigüedad, al “yo no dije eso”, o “se me interpretó mal”, de modo que, si Chávez le declara un día no lejano la guerra a Brasil, se alía con el próximo presidente republicano de USA y cuenta los cuentos de las reuniones Chávez-Lula, Itamaratí pueda desmentirlo y alegar que “fueron cuestiones de que el expresidente Lula no hablaba muy bien portuñol, o de una mala traducción”.O también del sol abrasador que chamuscó el encuentro del viernes de los dos compinches, del capitalista y el socialista, heraldo de un chubasco que después los puso a temblar, en la Mesa de Guanipa, al norte del Estado Anzoátegui, mientras revistaban las primeras siembras de soya en el país al parecer con “financiamiento” brasileño, y que los perseguiría hasta la churuata, donde, al final, se retiraron a disfrutar de aire acondicionado, luz y agua sin cortes, abundantes exquisiteces, tragos (es famosa la afición de Lula por el Buchanan 1Cool, canciones de protestas y las puyas que se lanzaron uno y otro por la rapidez con que crecen sus respectivas prominencias abdominales (en coloquial: barrigas).De todas maneras, conmovedora la afición de los compinches por los detalles étnicos, localistas y folklóricos, por cuanto, prefirieron la churuata amazónica que los une, a una jaima que les prometió Gaddafi cuando fueron a visitarlo a la que se trajo para la cumbre África-UNASUR en Margarita el mes pasado, pero que, no obstante el gesto, no cuadra con la tranquilidad de conciencia del populismo sudamericano.
Requisito que si llenaba el sombrero de cogollo típico de los campesinos venezolanos (prenda con la cual se identifica mucho Chávez, que es un llanero que, extrañamente, no sabe montar a caballo, ni nadar) que lució Lula, y el casco de obrero metalúrgico de Chávez, sin duda que en honor del proletario que llegó a ser presidente de Brasil.Y por supuesto, que nada de noticias impresas, radiales o televisivas, aunque llegaran de las 30 televisoras, 120 emisoras de radio y 400 periódicos que tiene Chávez a su disposición y paga con dinero del estado, a cuyos cancerberos podía filtrárseles que en ese instante, precisamente en el instante en que terminaban el tercer escocés y se disponían a picar laulau ahumado (encargado quizá al “Tony Bar” o “La Cumbre” de Ciudad Bolívar) y huevas de lisa de Margarita o Coche, miles de manifestantes en San Cristóbal que se habían lanzados a protestar por la inseguridad, el desabastecimiento, los apagones y los cortes de agua, eran barridos de las calles por la Guardia Nacional, con bombas lacrimógenas, perdigonazos y peinillazo limpio, “con gas del bueno” como dice Chávez, y detenidos y llevados a los tribunales y acusados de un delito nuevo, no conocido hasta ahora en Venezuela, de uno de origen, definición y calificaciónchavistas: “SER COLOMBIANO”.
Imágenes que, a lo mejor, también noticiaban sobre el secuestro y masacre, hace unos días no más, de 10 ciudadanos de ese país ejecutados por guerrilleros del ELN en territorio venezolano, y que Chávez tolera, permisa y se niega a investigar, porque, supuestamente, se trataba de espías del gobierno de Álvaro Uribe, definidos por la dogmática al uso como “espías, oligarcas, paramilitares, pitiyanquis y enemigos de la Revolución”.¿Le contó Uribe a Lula en su visita de hace dos semanas a Brasilia de que en Venezuela hay campamentos guerrilleros del ELN y las FARC bajo la complacencia de las autoridades venezolanas, de que existe también una virtual “limpieza étnica” contra los colombianos que los elenos y paracos definen como “uribistas, espías, contrarrevolucionarios y pitiyankis” y condenan a muerte y ejecutan para confort y ahorro de los socialistas vernáculos?Quién sabe… entre tantos recuerdos de su amistad mutua con Obama, de la necesidad de fortalecer los lazos entre las dos economías y de que Lula contribuya a que el tratado comercial USA-Colombia se firme para el 2010 y represente los intereses de los países capitalistas de la región en la próxima reunión del G-20 en Londres.
Y de seguro que Lula lo prometió, e inclusive le “sugirió” a Uribe que hiciera algunas concesiones en el acuerdo USA-Colombia sobre las bases militares, para tranquilizar a los “locos del barrio”, y sobre todo, al más peligroso y repelente de todos, “al loco Chávez”, al hombre que tenía en este momento en frente, conminándolo a firmar otros cartapacios de convenios comerciales, culturales, deportivos, agrícolas, etc, etc, etc, con tal que no se reuniera con la oposición democrática venezolana, ni oyera los gritos de los reprimidos en San Cristóbal, ni de los 10 colombianos asesinados en Chururú, ni de los millones de venezolanos que se asan en el calor tropical, se alumbran con velas y dejaron de bañarse, porque en la revolución chavista y socialista, electricidad y agua “NO HAY”.Como tampoco dejó que se informara que ahora, cuando se disponían a saborear “váquiro a las hierbas de la región”, una delegación de estudiantes que, luego de una huelga de hambre de una semana, consiguió reunirse con un organismo al que Chávez le tiene fobia y no permite que ingrese al país, la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, para explicarles que en Venezuela, cientos de presos por delitos de conciencia, a quienes no se le formulan cargos, ni se les juzga y si se les juzga con decisiones que los favorecen, el estado se niega a obedecerlas, como sucedió recientemente con el empresario, Eligio Cedeño, se pudren en las cárceles.
De modo que, apenas tiempo para bagatelas como la posible solución de la crisis hondureña, y a prepararse para la firma de 15 nuevos convenios que otra vez inundarán a Venezuela de productos manufacturados brasileños malos y caros, excedentes agrícolas no precisamente de la mejor calidad, carne y enlatados que no pocas veces se pudren en aduanas, almacenes y frigoríficos, acuerdos para la entrega de nuevos pozos petroleros y bloques de gas a PETROBRAS, la construcción de una refinería a pérdida en Pernambuco con petrodólares venezolanos y contratos, contratos, muchos contratos para un gigante brasileño de la construcción, los chanchullos, los sobreprecios y la corrupción: Odebrecht.
En definitiva: que un hampoducto por el cual se traspasan entre 12 mil o 15 mil millones de petrodólares anuales al gigante del sur, y se nos manda entre 400 0 500 millones de dólares, literalmente, en espejitos y medallitas y como cobro de la factura de respaldar a Chávez en la construcción del socialismo, hacer la revolución y barrer a los Estados Unidos de la faz de la tierra.Pero mientras, Lula llama a Obama todos los días y le ofrece garantías premium para que las empresas gringas tengan en Brasil un paraíso protegido e inviolable, continúen con el flujo de inversiones y se le promete que, si los argentinos se ponen muy cómicos, Brasil rompe con el MERCOSUR y negocia un tratado bilateral con USA.Y tiene razón Lula: la salud de la economía de Estados Unidos es fundamental para la economía de Brasil, porque si no: ¿a quién le vende Chávez millón y medio de barriles diarios de petróleo a 80 dólares el barril, y hace la provisión de recursos con las cuales financia la ineficiencia y corrupción de miles de empresas brasileñas, todas lulistas, socialistas, trabalhistas y chavistas?
Manuel Malaver La Razón
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