miércoles, 30 de junio de 2010

El corral


Hugo Chávez está levantando un cerco legal alrededor del pueblo venezolano para asegurarse de que la gente quede encerrada, como si fuese ganado, dentro de un corral. Desde que perdió el referendo para la Reforma Constitucional en diciembre de 2007, Chávez ha ignorado la voluntad del pueblo y ha creado nuevas instituciones de gobierno bolivarianas (entiéndase marxistas), que ya están suplantando las instituciones democráticas consagradas en la Constitución.

El corral
del Presidente alrededor de la gente estará listo para cuando los votantes elijan una nueva Asamblea Nacional el 26 de septiembre de 2010. El Consejo Federal de Gobierno, los consejos comunales y una serie de nuevas leyes que establecen comunas, con cambios en el modelo económico y socio geográfico, otorgan al Estado poder absoluto sobre la propiedad de la tierra, así como sobre la producción y distribución de alimentos. Además ha redactado una nueva legislación que da a los inquilinos derechos sobre las propiedades de los arrendadores. Toda una red que apunta a la consolidación de un régimen totalitario de corte castro-comunista disfrazado de democracia. Lo peor de todo es que Chávez parece estar logrando todo lo que quiere.

La oposición política se queja, con razón, de que Chávez está
re-centralizándolo todo. Sin embargo, no está claro si los líderes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) entienden a cabalidad que están parados al borde de la tumba abierta de la democracia venezolana como si ésta estuviese enterrada viva por la revolución. El caso es que, aunque la MUD ganara las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre, es muy probable que la Mesa y los venezolanos que creen en la democracia, libertad y propiedad privada todavía salgan perdedores. Chávez está haciéndole a los municipios y a las gobernaciones lo que le hizo al Alcalde Metropolitano, Antonio Ledezma. Y, antes de que llegue el 26 de septiembre, Chávez también neutralizará a la Asamblea Nacional. Si el PSUV conserva su mayoría será mucho mejor para él, pues el nuevo Parlamento simplemente seguirá aprobando leyes hechas a la medida de las prioridades del Presidente. Por supuesto, el poder seguirá siendo transferido de facto a las nuevas instituciones bolivarianas (marxistas) que sustituirán todos los consejos municipales, gobernaciones y legislaturas elegidos por el voto popular en Venezuela. Sin embargo, si la MUD logra lo aparentemente imposible y rompe en los comicios del 26 de septiembre la mayoría absoluta que tiene en la Asamblea el PSUV, Chávez simplemente ignorará la nueva Asamblea Nacional y tal vez, estrangule a la institución a través del recorte de recursos fiscales, como hizo con Ledezma y otros gobernadores y alcaldes de oposición. Por ejemplo, la Asamblea Nacional acaba de aprobar en primera discusión una propuesta de Reforma de la Ley de Arrendamiento , la cual define la vivienda como un derecho humano y estipula que es un derecho social, no mercantil. Bajo esta nueva Ley que, sin duda, la AN aprobará muy pronto, los propietarios pierden todos los derechos sobre sus propiedades y los inquilinos serían invulnerables ante el desalojo, aunque dejen de pagar el alquiler. Todas las propiedades de más de 20 años estarían cubiertas por la nueva Ley, sin excepción. Según esta nueva Ley, los inquilinos también pueden comprar las viviendas donde residen a precios que serán fijados por el Estado, y podrán amortizar la “hipoteca” con los pagos de alquiler que venían realizando. Una progresión lógica de este proceso es que, a la larga, la revolución decidirá cuánto espacio necesitan las familias para poder vivir con “decencia” y los apartamentos y casas unifamiliares más grandes (es decir, cualquiera que tenga más de 150 metros cuadrados) pasarán a ser viviendas multifamiliares, igual que en Cuba. La Asamblea Nacional también se está dando prisa para aprobar otras joyitas del marxismo al estilo cubano, con el fin de transformar a Venezuela desde el punto de vista geoeconómico, social y político en un Estado Comunal.

La nueva Ley de Comunas y la Ley Orgánica para el
Fomento y Desarrollo del Sistema Económico Comunal llevan el cerco alrededor del pueblo venezolano a nuevas alturas. La Ley de Comunas creará comunas o ciudades comunales que sustituirían las empresas privadas como el principal motor del desarrollo económico. Estas comunas serían definidas geográficamente por el régimen, lo que crearía, de hecho, ghettos socioeconómicos a lo largo y ancho de toda Venezuela. De nuevo se recuerda la analogía de una gran manada de ganado que para ser controlada tiene que ser dividida en muchos corrales pequeños. Con esta Ley, las instituciones constitucionales de gobernabilidad territorial, es decir, estados, municipios y parroquias, serían borrados de un plumazo. Dentro de cada comuna se crearían parlamentos comunales que decidirían los bienes y servicios que serán producidos, así como las cantidades y a quién designará la revolución para producir los bienes y servicios. Los parlamentos comunales también tendrán poder para regular la vida social y de la comunidad y mantener el orden público. El “bien comunal” siempre tendría prevalencia legal sobre todos los demás intereses individuales. Se crearía un sistema de justicia comunal en cada comuna para proporcionar justicia alternativa a sus miembros. El nuevo modelo comunal borraría la división del trabajo tradicional basada en el sistema capitalista y la sustituiría con “nuevas formas de generación, apropiación y reinversión social de la plusvalía”. Se implantarían monedas y sistemas de trueque comunales para sustituir la moneda nacional. El Estado controlaría el valor del trabajo y el intercambio de bienes y servicios. La meta es consolidar un monopolio total del Estado sobre todas las actividades económicas y la propiedad privada. No sorprende entonces que el presidente Chávez, según se ha venido informando, suspendiera dentro de poco todos los contratos colectivos entre el Estado y los sindicatos.

Veneconomía

martes, 15 de junio de 2010

La BBC entrevista a Chávez en exclusiva


El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, habló con la BBC sobre temas como los derechos humanos, la oposición a su gobierno o la política exterior de su país.

Durante casi 25 minutos, el mandatario mantuvo un "diálogo duro" con el periodista Stephen Sackur, del programa "HARDTalk".

Sackur le preguntó por la detención de opositores, por las denuncias de grupos internacionales que cuestionan la independencia del Poder Judicial en Venezuela y por las relaciones de Caracas con Washington y Teherán.

La conversación, que tuvo momentos relajados, se convirtió en un intenso intercambio dialéctico entre Chávez y el periodista.

La danza de Lula con los déspotas



por Mary Anastasia O'Grady

Mary Anastasia O’Grady es editora de la columna de las Américas del Wall Street Journal.

Probablemente no fue mucho después de que todos fuéramos expulsados del paraíso que Brasil comenzó a soñar con convertirse en un país serio y un actor de peso en el escenario internacional. Ahora, justo cuando parecía que el eterno sueño de Brasil estaba a punto de convertirse en realidad, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva está arrancando una derrota de las fauces de la victoria.

Tal vez Brasil esté ganando cierto respeto en el frente económico y monetario, pero cuando se trata de liderazgo geopolítico, Da Silva trabaja horas extra para preservar la imagen del país que es como un niño resentido del Tercer Mundo.

El ejemplo más reciente de cómo Brasil no está preparado para jugar en la primera división de la política internacional primera se produjo la semana pasada, cuando votó en contra de las sanciones a Irán en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Turquía fue el único socio de Brasil en este embarazoso ejercicio. Pero Turquía por lo menos puede culpar a la complejidad de sus raíces musulmanas. Lula está echando por la borda la reputación de Brasil en pos de su propia gratificación política.

Brasil defendió su voto en la ONU al esgrimir que las "sanciones probablemente conducirán al sufrimiento del pueblo de Irán y servirá a quienes, en todos los lados, no quieren que prevalezca el diálogo". Si se la analiza, esa declaración es vacía. Las sanciones están dirigidas, no contra los civiles, sino contra las ambiciones nucleares y de proliferación de misiles iraníes. En cuando al "diálogo", debería ser obvio a esta altura que lo que el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad necesita es un poco menos de conversación.

Si Brasil consideró que su voto correspondía una postura de principios en defensa de lo correcto, sin dudas se dio rápidamente por vencido. Tras criticar las sanciones, rápidamente anunció que las acataría. Esto sugiere que quizás tenga algo de consciencia sobre los decrecientes retornos de su disparatada política exterior.

El Partido de los Trabajadores de Lula es de la izquierda dura, pero nadie debería confundirlo con uno de bolcheviques comprometido. Lula es meramente un político inteligente que salió de las calles y ama el poder y las limusinas. Como el primer presidente del Brasil proveniente del Partido de los Trabajadores tiene que balancear las cosas útiles que aprendió sobre los mercados y la disciplina monetaria con la ideología de su base.

Su respuesta a este dilema ha sido usar a su ministerio de relaciones exteriores —donde una burocracia del servicio exterior genéticamente izquierdista es dirigida por el intelectual notoriamente anti-estadounidense y anticapitalista Celso Amorim— para bruñir sus credenciales de izquierda. Con su amistad con los "no alineados" como escudo, ha logrado mantener las ideologías colectivistas al margen de la economía.

Pero la reputación de Brasil como un líder entre las economías emergentes se ha visto muy dañada. Para satisfacer a la izquierda, a Lula le pidieron que defienda y eleve a sus héroes, quienes son algunos de los más flagrantes violadores de derechos humanos del planeta.

Un repaso de su presidencia de dos períodos revela una tendencia hacia defender a déspotas y detractores de la democracia. El represivo gobierno iraní es sólo el ejemplo más reciente. También está el apoyo incondicional de Lula a la dictadura de Cuba y la de Hugo Chávez en Venezuela. En febrero, Cuba permitió que el disidente político Orlando Zapata se muriera de hambre la misma semana que Lula llegó a la plantación de esclavos en la que se ha convertido la isla para codearse con los hermanos Castro. Cuando la prensa le preguntó por Zapata, Lula descalificó su muerte como uno de los muchos que hicieron huelgas de hambre en la historia que el mundo ignoró. Obviamente nunca escuchó hablar del militante irlandés Bobby Sands.

Lula también ha respaldado a Chávez, que destruyó las instituciones democráticas en su país y colaboró con las narcotraficantes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Un Brasil maduro hubiera usado su influencia para encabezar una iniciativa contra este terrorismo auspiciado por el Estado. Pero en el análisis de costo-beneficio político de Lula, las víctimas de la violencia de las FARC no cuentan.

Los hondureños no tuvieron mucha mejor suerte. Brasil pasó buena parte del año pasado intentando obligar a su país a reinstalar al depuesto presidente Manuel Zelaya, que había sido removido por el gobierno civil por violar la Constitución. Las acciones de Brasil, incluyendo conceder refugio a Zelaya en la embajada brasileña durante meses, crearon enormes problemas económicos para los hondureños.

La semana pasada, la secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton pidió readmitir a Honduras en la Organización de Estados Americanos, al señalar que el país celebró elecciones y regresó a la normalidad. Brasil se opuso. "El regreso de Honduras a la OEA debe estar ligado a medios específicos para asegurar la re-democratización y el establecimiento de derechos fundamentales", indicó el viceministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Antonio de Aguiar Patriota. Nota a Brasil: ¿no se refieren a Cuba?

Brasil celebrará elecciones presidenciales en octubre y aunque Lula se irá de su cargo con un alto nivel de popularidad, no está garantizado que la candidata del Partido de los Trabajadores se beneficie de esto. Así que ahora le da una carnada a la base del Partido al darse la mano con Ahmadinejad y votar contra el Tío Sam.

¿Funcionará? Mucho dependerá de si los brasileños que consideran que desperdicia la prominencia emergente del país superan a los que respaldan el baile de Lula con los déspotas. Lo que está claro es que, como advirtió el ex presidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso, las políticas internacionales de Lula hacen que Brasil "se pase de bando" y no está nada de claro si los brasileños están de acuerdo.

sábado, 12 de junio de 2010

Los Guardianes de Chávez


42 personas son asesinadas al día en la República Bolivariana de Venezuela. La revolución de Chávez no ha logrado frenar unos índices de violencia criminal que han situado a Caracas en el segundo lugar del ranking de las ciudades más violentas del mundo, después de Ciudad Juárez. REC viaja a la Venezuela armada que subyace bajo la presidencia de Chávez.

Una Venezuela en la que los partidarios del presidente y la oposición se han instalado en posturas prácticamente irreconciliables y que para muchos son la antesala de un grave enfrentamiento civil. El programa dirigido por Jon Sistiaga entra en el barrio 23 de enero de Caracas, el bastión del chavismo radical. El reportero David Beriain se topa allí con un universo donde se sacraliza la lucha armada, se admira a la banda terrorista ETA, se adora a la guerrilla colombiana de las FARC y se pintan murales de la Virgen Maria con un Kalashnikov: "Si a Cristo le tocara bajar a la tierra ahorita, lo haría con un fusil", dice un miembro de uno de los grupos armados que apoyan y vigilan a Chávez, para que no se desvía de la revolución.

Estos grupos, alentados y permitidos por el propio presidente venezolano, se han convertido en una especie de guardianes de esa revolución. Beriain entrevista a algunos de ellos. Por las cámaras de REC desfilan milicianos armados y encapuchados que hablan de "zonas liberadas donde no hay nadie de la oposición" o que reivindican la lucha armada para que no vuelvan los antichavistas. Estas organizaciones se constituyen en pequeños ejércitos privados que dictan la ley en sus barrios, impiden el paso a la policía e incluso, lanzan operaciones de exterminio contra los narcotraficantes que intentan asentarse en sus zonas.

Beriain asiste a varios operativos policiales en barrios en los que no se puede entrar sin casco y chaleco antibalas. Y acude después a los hospitales de Caracas en los que faltan desde camas a medicinas. Los reporteros viajan también a la frontera con Colombia, al lugar donde según un auto de la Audiencia Nacional, militantes de ETA se han entrenado junto a milicianos de las FARC colombianas y miembros de la guerrilla venezolana chavista.



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miércoles, 9 de junio de 2010

Vencidos, putrefactos



Como justicia poética podría calificarse este revolcón que el destino, el diablo, la mala leche (valga la comparación) o como quiera llamarse, le ha propinado recientemente al gobierno más incapaz y corrupto que hayamos conocido desde Guaicaipuro hasta el sol de hoy.

Que cualquier creyente aseguraría que hasta los brujos de Fidel están fallando o se pasaron para el bando de Henri Falcón, asustados quizás por los vientos de cambio que huelen desde la isla y, como ha sido su costumbre cuando CAP y ahora cuando Hugo, comienzan a venderse al mejor postor, incluyendo esto de abandonar al Candidato Comandante Presidente Digital Twittero a su ingrato destino. Que pareciera que los brujos cubanos ya ni puyan muñequitos de vudú ni despescuezan gallinas para ayudarlo a salir de los escándalos que, uno tras otro, le explotan en la cara sin que nuestro hombre logre recuperarse por más que cante, insulte o amenace.

Y explico lo de la justicia poética porque no tiene otro calificativo el hecho de que casualmente se descubran a diario leche, pasta, carne y hasta medicinas podridas, justico cuando el Candidato había enfilado su más reciente campaña contra la Polar porque presuntamente acaparaba alimentos. Que me atrevería a aventurar que el asunto huele peor aún porque, cual novela de ciencia ficción firmada por Asimov o Phillip K. Dick, el Comandante Digital se inventa un enemigo falso, caza una pelea de embuste y, zuás, viene la realidad y le replica su propia coba pero actuando en su contra.

Insólito en verdad. Manda a expropiar a cuatro gatos en Quinta Crespo por acaparadores y le saltan más contenedores con alimentos podridos en Yaracuy. Reta a Lorenzo Mendoza con el asunto de que "me vas a tener que comprar maíz, Mendoza" (lo que nos permite entender finalmente que el Gobierno expropia para que Hugo sea luego el dueño), y le saltan cientos de cajas llenas de medicinas vencidas, supuestamente destinadas a vacunar al pueblo de meningitis o hepatitis. Anuncian que Mercal y Pdval van a distribuir los alimentos "expropiados" a la Polar y se les cae el tramo Carayaca -Catia La Mar. Ordena seguir expropiando para responderle a Fedecámaras y demostrar que el Gobierno es tan bueno produciendo como la empresa privada y aparecen kilos de granos putrefactos en un basurero de Falcón marca "Venezuela Socialista", tremenda metáfora por cierto, que pareciera decirnos que la Venezuela Socialista terminará en la basura, imagen que pareciera llevar la firma del diablo o el destino o la mala leche que mencionamos arriba. Y que ni se entere el Presidente Actor que a dos meses de las parlamentarias y el dineral que han malbaratado armando patrullas y comandos y comunas electorales, el filme de Oliver Stone dirigido a alabar al Comandante Presidente Protagonista, fue derrotado en taquilla por Robin Hood y las chicas de Sex and the City 2, lo que pareciera otro avance de lo que será el gran box office nacional del 26 de Septiembre.

Lo cierto es que de tanto ver titulares y realidades en estos días, se me ha venido a la memoria una extraordinaria novela de Phillip K. Dick, "La Maquina Preservadora", y donde el protagonista intenta conservar las mejores partituras de la historia de la música clásica, metiéndolas una por una en una máquina que luego las convertiría en animales.
Algo así le está pasando al Señor Gobierno: por un lado mete seis horas de insulto y por el otro le salen contenedores que huelen a diablo, a azufre, a Fidel cuando tiene días sin bañarse... Eso si es una película.

Elizabeth Fuentes

martes, 1 de junio de 2010

Cubazuela




En las últimas semanas el sector privado ha sufrido la expoliación sistemática de los frutos de su productividad. Todos los venezolanos han visto con estupor y mucha preocupación cómo llegan los funcionarios a los depósitos de las empresas, cómo detienen gandolas llenas de alimentos, y bajo un conjunto de supuestos falaces proceden a su requisición. El modus operandi que se repite como un patrón especialmente oprobioso es que la decisión se impone sin posibilidad de apelación alguna, dentro de una gramática del poder en la que lo más vistoso es el uso desproporcionado de la fuerza y la ausencia de cualquier signo de respeto por el debido proceso y los derechos humanos que la legalidad debería amparar.

El gobierno nacional ha aducido dos excusas para proceder contra los derechos de propiedad de los venezolanos. La primera es la razón de la soberanía alimentaria. Y la segunda la insuficiencia de abastecimiento de la red oficial de comercialización. Si estas son las causas que originan la conducta, ambas son especialmente falaces. La inmensa fragilidad del abastecimiento nacional es el producto de la recalcitrancia y obcecación que ha demostrado el gobierno al mantener un enfoque económico errado en sus concepciones y desgraciado en sus resultados. Pero para entender cuál es sentido de lo que está ocurriendo, al error ideológico hay que añadirle una dramática condición en los sentimientos que mueven a los que dirigen al país. El fracaso los ha hundido en la desazón y el rencor. Este gobierno envidia de la empresa privada la solución que ésta puede dar al problema de la productividad, con los incentivos que solamente al amparo del lucro se pueden proporcionar en el trato a proveedores y clientes. De allí el contraste que se observa en los resultados entre la propuesta pública de abastecimiento y la que todavía en medio de tantos problemas mantiene la sociedad a través de sus emprendedores. La red pública es tan precaria como lo son sus premisas económicas y organizacionales, llenas de falsos supuestos sobre lo que mueve al talento y expande la competitividad.

Los controles han desembocado en la obstaculización de la empresa privada. Pero si bien esto es importante, porque no hay sociedad moderna sin un sistema de mercado cuyo protagonista fundamental sea la empresa, lo es con carácter mucho más superlativo por el impacto que estas conductas tienen en las relaciones sociales. Las vías de hecho y el uso indebido de la fuerza que está a disposición del poder legal, ponen en entredicho las bases esenciales de la convivencia social, que a través de la invocación de una “legalidad legítima”, pretende poner límites a las ganas de avasallar que siempre tienta al poderoso, y coloca al débil en posibilidad de exigir que se le respeten sus derechos humanos. Esto es lo que realmente está en juego.

Los derechos de propiedad y la libertad que tiene cualquier persona de dedicarse a la actividad económica que más le guste están siendo apaleados por una conducta gubernamental indecente y primitiva. Los gobiernos tienen atribuciones y potestades limitadas explícitamente en la Constitución, a ellos deberían atenerse. También tienen deberes muy precisos. El gobierno debe garantizar la prosperidad del país y no expoliarla. El gobierno debe apoyar el emprendimiento nacional, no frustarlo y perseguirlo.

Pero la condición para un gobierno limitado y respetuoso de las leyes y derechos es que también se practique la democracia con el conjunto de prevenciones que con mucha razón los liberales tienen contra el poder. El poder es una tentación constante contra el decoro y la modestia propios de un régimen republicano. El poder debe tener pesos y contrapesos que impidan un ejercicio tiránico del gobierno con todas las secuelas de angustia que hoy padecen los venezolanos.

Un país sin Estado de Derecho y cuyo gobierno crea estar por encima de la Constitución que juró defender se degrada hasta la opresión, la indignidad y el hambre. El modelo más cercano de una relación tan primitiva es Cuba, país de gente muy desgraciada que vive para que un gobierno tiránico se mantenga al mando. Y aunque pactamos un modelo muy diferente, el gobierno quiere embaucarnos hasta llegar a ser lo mismo que hoy por hoy es esa isla antillana. Frente a esa pretensión, la última trinchera es nuestro parque de empresas, a las que hay que defender porque ellas son la última esperanza que tiene nuestra libertad.

Víctor Maldonado C